La música es un instrumento perfecto para ir familiarizándose con el inglés. Que los más peques de la casa vean series de dibujos animados, en los que sus protas cantan y bailan canciones, realizan actividades rutinarias, mejora el aprendizaje de los chiquitines. De primeras no entienden el contenido pero, asocian las acciones y les divierte el ritmo. Asimismo, aprenden y memorizan el vocabulario con mucha más facilidad. De hecho es una herramienta imprescindible y muy eficaz que utilizamos muy a menudo en el Kent, tanto para los más pequeños como para los mayores.
Pero, aprender cantando no es solo cosa de niños. Los más mayores también lo pueden hacer, eso sí, con paciencia, clases de refuerzo y mucho ritmo. Los inicios no son fáciles, hay que pensar que nuestro cerebro debe de adaptarse a las exigencias del nuevo idioma, por ello es necesario escoger canciones que nos motiven y en la que el autor vocalice.
La elección de una buena canción es prioritario, ¿te gusta? ¿te hace bailar? es la perfecta. Entender la historia que te cantan es importante, empieza cantando, memorizando y apuntando aquello que no sepas su significado. No hay que olvidar que es muy fácil encontrar las letras de las canciones en la web, búscala y tradúcela.
La diversión como hemos dicho es importante. No te cortes, monta una fiesta de Sing Star y conviértete en una verdadera estrella de la canción. Busca e imprime las canciones en inglés, dale una copia a tus amigos o busca el video con la letra y que suerte decida.
Para los más avanzados y atrevidos, el paso final es el más complicado y creativo. Llegó el momento de reescribir la canción, eso sí, en inglés. Inventar las letras de las canciones es algo muy común, nos gusta personalizarlas y que formen parte de la banda sonora de nuestro grupo de amigos. Eres una rock star, la pronunciación la llevas bien y no tienes miedo a la falta de afinación, ahora es el momento.